miércoles, 17 de junio de 2015

¡AMIGA INCONDICIONAL!

Una nueva computadora llego a la familia Castillo un 11 de enero del 2006, el mismo día que Sol cumplía 11 años de edad y desde ese momento se volvieron amigas inseparables. Ella anhelaba desde muy niña en poder tenerla, pero la situación económica que atravesaba su familia en ese momento no permitió cumplir con el sueño de la pequeña soñadora, pero ella jamás exigió a su familia y vivió esperando poder tenerla algún día. Aunque sabía que a su corta edad comprar una computadora era casi imposible, sol ahorraba cada centavo anhelando poder comprarla.

Por: Sol Farah Luna Castillo

Sol Luna Castillo una pequeña de 8 años de edad, cursaba el tercero de primaria en el Colegio particular Santa Úrsula, vivía junto a su tío, sus dos tías y su abuela. Mientras pasaba el tiempo se daban cuenta de que Sol necesitaba una computadora para poder realizar sus trabajos, como ella era muy pequeña no podía ir a un internet ya que quedaba lejos y era muy riesgoso, así que sus tíos a diario trataban de turnase para ayudarla en sus tareas, porque la situación económica por la que pasaban en ese momento no permitía que compraran una para el hogar.

Cuando Sol tenía ya 10 años de edad y entraba al quinto de primaria, le dejaron un trabajo. Tenía que hacer un informe de 10 páginas sobre la cultura Mochica, el trabajo tenía que estar impreso, aunque trato de persuadir a la profesora para que le permitiera hacerlo a mano, ella se negó “El informe tiene que ser a computadora; es mi última decisión” dijo un poco exaltada. Ya que nadie presentaba en el salón, el mismo problema que ella, de las 20 alumnas solo Sol no contaba con una computadora.

Ella preocupada fue a casa y les comento a sus tíos lo acontecido esa misma tarde, ellos trabajaban todo el día y no podían organizarse para ayudarla, entonces les propuso que la dejaran ir a internet aunque sea un par de horas para poder realizar el informe. “Aun estas muy pequeña como para andar sola por ahí, no podemos dejarte ir” dijo una de sus tías a Sol. Ella muy preocupada se fue a su cuarto a pensar en que podía hacer para solucionar el problema.

Al día siguiente había tomado una decisión, saliendo de clases iría al internet que quedaba a tres cuadras de su colegio y les diría a sus tíos que se quedaría en casa de una amiga; y dicho y hecho Sol salió de clases y se dirigió al internet. Se quedó alrededor de tres horas realizando su trabajo, tratando de buscar la mejor información que podía encontrar, el hecho de que fuera aun pequeña no le impidió poder seleccionar lo mejor para su informe.

Cuando termino su trabajo y pago al señor que atendía las cabinas, se percató de que no le alcanzaba el dinero para su pasaje. Ella no quería llamar a sus tíos, ni mucho menos avisarle a su abuela, porque sabía que, no solo la castigarían por mentir, si no que les causaría mucha preocupación y los estaría molestando para que fueran a recogerla, entonces pensó que ir caminando a su casa no sería mala idea.

“Son solo 10 cuadras, no es mucho y puedo llegar en menos de una hora” dijo Sol mientras miraba su reloj. Entonces así empezó su travesía, iba caminando cuadra por cuadra, cada vez era más oscuro y el camino hacia su casa parecía interminable, acompañada de un frio penetrante que estaba presente aquel día. De pronto sin que se diera cuenta, un joven se acerca a ella y la agarro del hombro; era su tío que la había visto desde hace ya muchas cuadras, esperando poder alcanzarla para pedirle una explicación del porque se encontraba sola caminando a esas horas de la tarde, cuando ella ya debía estar en casa. El grito que le dio fue tan fuerte que se escuchó en varias cuadras.

Sol llorando, llego a casa esperando recibir el peor castigo de su vida, cuando su abuela sale del cuarto y la sorprendió, porque en vez de darle un fulminante grito, le dijo muy calmada “Sol, está mal que nos hayas mentido, pero admiramos tu determinación que tienes por el estudio, sé que no hemos podido darte todo, pero te prometemos que muy pronto te recompensaremos por tu esfuerzo y podrás tener una computadora para poder realizar todos tus trabajos”.

Sol simplemente se sintió emocionada, y espero por más de medio año para poder tener su computadora. Fue entonces que un 11 de enero del 2006, el  mismo día que Sol cumplía 11 años, sus tíos la sorprendieron con una nueva computadora. Era una COREL 4 negra, con un monitor perfecto y dos parlantes preparados para escuchar música a todo volumen, era hermosa, provocaba suspiros en Sol. Era su futura mejor amiga.

LA  AMISTAD PERDURA

Ya había pasado más de 8 años desde que por primera vez Sol vio a su computadora, ahora estaba un poco más desgastada, era lenta, sus teclas estaban borrosas, el monitor ya no trasmitía las imágenes con nitideces como lo hacía antes, ya se notaba que los años habían pasado encima de ella. Sol tenía 19 años y ya estaba en su segundo año de universidad. No había día en que ella no dejara de usarla, no solo para hacer sus trabajos, si no en su tiempo libre para escuchar música y jugar, e incluso para ver películas con su enamorado los fines de semana.

Su computadora era la mejor de todas sus amigas, no solo guardaba con mucho cuidado todos sus documentos importantes, cartas de amor, sus mejores canciones, videos y sus juegos favoritos, ella supo acompañarla en momentos de tristeza y de alegría, cuando se sentía triste sabía que canción escoger para animarla, “No estaría tan mal robar tu otra mitad, no importo si arruinaríamos nuestra amistad” fue la canción que la ayudo a escribir las cartas más inspiradoras para el chico que tanto le gustaba. Era simplemente su compañera ideal.

El momento más complicado por el que pudo pasar Sol y su computadora, sucedió un sábado en la mañana cuando se encontraba realizando un trabajo final para el curso más difícil que había tenido hasta la fecha. Lenguaje.

Tomando refresco y rodeada de muchos libros, con un poco de desorden que ella lo consideraba normal, escribiendo las últimas líneas de su trabajo de lenguaje la computadora se suspendió, simplemente dejo de funcionar y en un abrir y cerrar de ojos se apagó, la joven estudiante no podía creerlo todo su trabajo estaba ahí, aprobar el curso dependía de eso. Y peor aún su fiel amiga parecía haber pasado a un mejor mundo.

Desesperada Sol llamo a su tía y llorando le explico el problema, inmediatamente llamaron a un técnico que se demora una hora en venir, esa hora para Sol se convirtió en una eternidad. Cuando por fin llego, un señor de aparentemente 40 años de edad, con ojeras en los ojos, capaz cansado del trabajo o de su propia vida, reviso la computadora y le explico a Sol que esta ya tenía más de los 7 años que suele durar una computadora y que lo más probable es que si la reparara, no duraría ni un mes más.

A ella no le importó y le exigió al técnico que siguiera con su trabajo. La computadora prendió pero no guardo ningún dato que tenía antes, Sol debió sentirse frustrada en ese momento, pero no le importó, aún tenía un día para entregar el trabajo, solo le importaba que su vieja amiga siguiera funcionando. Aquella que cuidaba y la acompañaba desde muy pequeña.

La computadora ya tiene un año desde aquel momento donde el técnico no le dio ni un mes de vida, resucito igual que un fénix, sigue funcionando y lo que es mejor aún sigue acompañando a Sol, ahora en sus amanecidas ya que lleva dos carreras a la vez. Esta computadora no solo sirve de ayuda para sus trabajos, sino que representa el esfuerzo que hicieron sus tíos por dársela y por apoyarla en sus estudios.

“Te la damos porque reconocemos tu esfuerzo y dedicación, esperamos que la sepas aprovechar” fueron las palabras que le dijo una de sus tías a Sol y que recuerda a diario cada vez que usa a su computadora, que es su apoyo y su amiga.

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