¡TREMENDA
LUCHADORA!
Aurora Bellido Höverlbor, arequipeña de nacimiento, vivió
desde pequeña en la Calle Ugarte ubicada en el cercado de Arequipa. Cuando
regreso de Alemania junto con su esposo, después de 10 años se dio con la ingrata
sorpresa de que cada esquina de su querido centro histórico se había convertido
en un urinal. Ella intenta concientizar a la gente mediante concursos
culturales, con el fin de promover el cariño y el respeto por el Centro
histórico y sus Casonas.
Por:
Sol Farah Luna Castillo
Aurora Bellido, de 43 años vivió
en los alrededores del centro histórico de Arequipa. Cuando era pequeña solo
existían algunos comercios y transitar por sus calles no resultaba para nada
peligroso. Cuando ya era mayor se enamoró de un apuesto alemán, que apellidaba
Höverlborn, él llegó a Perú como turista, pretendía quedarse algunos meses,
pero lo cautivo sus ciudades, lo cautivo Arequipa y sobre todo Aurora, que le
robaba suspiros a diarios y trataba de enamorarla a como dé lugar.
Cuando por fin consiguió su
objetivo Aurora y el peculiar extranjero se casaron y se convirtieron en una
familia, le insistió para irse a vivir a Alemania con él por unos años ya que
tenía unos negocios pendientes por ahí, Aurora no se imaginaba dejar su casona,
su hogar, aquel que quedaba en medio del bello centro histórico. Pero accedió
por el amor que le tenía a su esposo. Ella estuvo ausente por más de 10 años,
pero nunca dejo su casa sola, contrataba a un cuidante para que se encargue de
su hermoso hogar, pero lo que no sabía, es que con el pasar de los años el centro
histórico de Arequipa ya no era el mismo, suciedad, descuido, locales ruidosos
que vendían a cualquier hora y sin ningún descaro bebidas alcohólicas, se
habían apoderado de su añorado hogar.
Tamaña sorpresa se llevó cuando
después de esos 10 años por fin volvió al Perú, la emoción la absorbía, ella
estaba regresando a su tierra, a su ciudad blanca, cuando llego y se bajó del
avión las lágrimas se apoderaron de ella, tomo inmediatamente un taxi con su
esposo para que la llevaran a su casa, lo primero que pudo notar es que el tráfico
era insoportable, pasaron horas de horas tratando de llegar al centro, las
calles lucían más sucias, todas las casonas donde antes vivían familias ahora
eran locales, tiendas o cualquier otro tipo de comercio. Y lo que es peor aún, es
que al llegar a su destino se había dado cuenta de que la calle Ugarte donde se
encontraba su vivienda se había convertido en un urinario.
El cuidante le explico que no era
su culpa, que al pasar de los años el centro ya había perdido su valor “Señora
no hay día en que no aparezcan borrachos por las calles, cuando toman se
sientan en la puerta y creen que están en su baño. Y lo que es peor aún, a los
ciudadanos ya no les interesa nada y botan basura en cualquier lugar, es
lamentable, lo sé”. Aurora no podía creerlo estaban destruyendo su hogar, los
propios arequipeños habían descuido su más grande joya.
Ella entre lágrimas
desconsoladas, le dijo a su esposo que si a nadie le interesaba el centro
histórico, pues a ella si “Este es mi hogar, no pretendo que me entiendas pero
tengo que cambiar las cosas por aquí”. Dijo muy determinada Aurora Bellido, que
desde eso momento tomo la iniciativa de generar un cambio en Arequipa.
Es así que un 25 de agosto del
2009 la señora Bellido crea la Asociación de Defensa y Protección de Arequipa (ASDEPROAR)
que junto con autoridades de la municipalidad regional y trabajadores del
Ministerio de Cultura, intentan solucionar los conflictos que aquejan al centro
histórico. El principal problema según Aurora, es la ineficiencia en el
transporte y la falta de mantenimiento de las calles y casonas de la ciudad.
“Proponen el monorriel y este afecta al patrimonio, el transporte es un caos, y
las calles y las casonas son un desastre, la comuna provincial se juega la
imagen de la ciudad con ese evento”, dijo Bellido.
Agregó que en la actualidad
existen calles que se han convertido en lugares de mal vivir. “Ugarte es un
claro ejemplo, se ha convertido en un urinario y la comuna no ha tomado
acciones en el caso”. Sabiendo que su Patrimonio cultural está bajo amenaza,
ella no descansa ni un solo día para sacar al centro histórico de su triste realidad
actual.
SALVANDO LA CASONA AREQUIPEÑA

Así también como el Concurso de
Dibujo y Pintura “Salvemos La Casona Arequipeña”, que se realizó en diversas
Instituciones Educativas, con la finalidad de concientizar a los estudiantes
sobre la preservación de las Casonas Coloniales de nuestra ciudad de Arequipa.
Generando así una cultura de respeto a las Casonas que son Patrimonio
Monumental de Arequipa y de su Centro Histórico, declarado Patrimonio Cultural
de la Humanidad entre la colectividad Arequipeña.
Se quiere promover en la población
de Arequipa, el cariño y respeto por su tierra, para que se sumen al rescate de
nuestra identidad y la práctica de los valores cívicos, revalorando la
importancia de mantener una ciudad limpia y saludable, poniendo en práctica
hábitos elementales de limpieza, urbanidad y de sana convivencia, que
permitirán lograr una ciudad más armónica y desarrollada.
ASDEPROAR se ampara bajo el
decreto Nº 009 – 2009-ED donde se garantiza la protección del patrimonio
arqueológico e histórico. Aunque ese decreto haya sido propuesto por el mismo
gobierno peruano, no se respeta por las autoridades ni mucho menos por los ciudadanos.
A menudo Aurora intenta exigir al gobierno, una integración de políticas
culturales a largo plazo con el fin de realizar una eficiente gestión del
patrimonio cultural del Perú, acorde con las necesidades sociales y económicas;
convocando para tal efecto a los profesionales y técnicos calificados. Pero a
pesar de sus buenas propuestas e iniciativas, a la mayoría de autoridades
parece no importarle.
Jamás va olvidar aquel día,
cuando presento su primer proyecto a la Municipalidad Regional de Arequipa y
ellos le respondieron de la siguiente manera, “Su proyecto es ilógico, el
centro histórico se encuentra en un muy buen estado, si tanto problema tiene, mejor múdese a otro lugar”. Desde ese momento la Señora Bellido supo que si
bien el camino no sería fácil, ella no debía rendirse, porque el centro
histórico no merecía el olvido ni el desprecio de su propia gente.
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